domingo, 18 de octubre de 2009

Cronica de la ciudad de Rio de Janeiro


En lo alto de la noche de Rio de Janeiro, luminoso, generoso, el cristo del Corcovado extiende sus brazos. Bajo eso brazos encuentran amparo los nietos de los esclavos.

Una mujer descalza mira al cristo, desde muy abajo y señalandole el fulgor, muy tristemente dice:

- Ya no va a estar, me han dicho que lo van a sacar de aqui.

- No te preocupes, le asegura una vecina. No te preocupes: El vuelve.

A muchos mata la policia y a muchos mas la economia.

En la ciudad violenta, resuenan balazos y tambien tambores, los tambores ansiosos, de consuelo y de venganza, llaman a los dioses africanos. Cristo solo no alcanza.
En la foto: El corcovado ilumina toda la ciudad de Rio.

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